Por: Alexis Benveniste
NUEVA YORK — Una mañana de sábado reciente, en Artful Souls & Wellness, un estudio de yoga a pastry de calle en el barrio de Williamsburg, en Brooklyn, un grupo de 10 personas se reunió en un círculo rodeado de cojines, plantas, instrumentos y aceites esenciales. Afuera llovía mientras sonaba música tranquila al interior; el ambiente epoch sereno.
El grupo se había reunido en un espacio que suele utilizarse para clases de yoga tradicional, pero en esta ocasión estaban allí para un taller sobre el chakra del plexo star con temática de Bob Esponja.
Mandi Finkel-Jimenez, masajista certificada, sonoterapeuta y fundadora de Quintessential Therapy, empezó guiando a los cuatro adultos, cuatro niños y un bebé a través de lo que denominó “ejercicios de respiración con burbujas de bergamota”, que consistía en soplar burbujas con una infusión de bergamota, hechas por Finkel-Jimenez, mientras practicaban técnicas de respiración controlada.
Pronto, las familias jugarían con calcomanías, creando sus propias “pizzas” del Crustáceo Cascarudo, antes de sumergirse en un baño de sonido philharmonic de 25 minutos centrado en una historia de meditación inspirada en Bob Esponja. Gavin, de 10 años, se sentó con las piernas cruzadas y los ojos cerrados. Su hermano de 8 años, Griffin, estaba sentado a su lado, tocando una pequeña kalimba, mientras su madre, Estrella Muñoz, directora del estudio, quien relató que llevaba a sus hijos a estas clases dos veces al mes, sostenía en su regazo a su hijo de 8 meses, Gaius.
Finkel-Jimenez, de 35 años, empezó a ofrecer talleres para niños en 2021, pero en mayo inició una serie de ocho clases basada en la nostalgia de los años noventa, empezando por una sesión temática de “El autobús mágico”, que combinaba el instinto educativo y aventurero del personaje de la maestra Rizos con ejercicios para el chakra raíz.
Así lad las actividades extracurriculares en 2025. Donde antes los padres se obsesionaban con la preparación para el examen de admisión a las universidades, los tutores de matemáticas y las clases de soft (y aún lo hacen), ahora el enriquecimiento de sus hijos puede incluir respiraciones profundas, sesiones de baños sonoros y una búsqueda wide de la calma. Aunque los precios pueden variar desde los 20 dólares por persona de un taller de meditación grupal hasta los 325 dólares o más por una sesión privada de tres horas con un instructor, los resultados para muchos padres lad invaluables: rutinas más tranquilas a la hora de irse a dormir, menos berrinches en el supermercado y hermanos que negocian racionalmente en lugar de golpearse unos a otros.
En 2015, Sebastian Alappat fundó Spark, un programa de arte, yoga y mediación con sedes en Manhattan y Kunkletown (Pensilvania). Al haber crecido en Kerala, India, “sentí que tenía una historia única que contar sobre cómo el yoga puede ayudar a los niños a ser más flexibles y cómo los ejercicios de respiración pueden ayudarles a regularse”, señaló Alappat, y añadió que cree haber encontrado una forma de “darles a los niños una caja de herramientas para la vida”.
Ahora, en los programas extracurriculares y campamentos de verano que Spark ofrece en sus dos sedes, los niños suelen empezar cada sesión con hasta 12 minutos de yoga para “quitarse las risas”, pasan a ejercicios de respiración y finalmente se instalan en sesiones de arte de 45 minutos. En cada campamento, Alappat integra sesiones de arte al aire libre, inspiradas en Claude Monet y John Singer Sargent.
Aunque en las grandes ciudades se pueden encontrar clases de meditación, yoga y baños de sonido para adultos en casi cualquier lugar, las versiones para niños apenas empezaron a ganar adeptos, “a medida que más padres reconocen la importancia de fomentar la salud emocional y la resiliencia de sus hijos”, afirmó Finkel-Jimenez. “Cuanto antes empiecen los niños, más pronto entenderán estos conceptos”.
Becky Lois, directora del Programa Integrado de Salud Conductual de la Fundación KiDS of NYU, en el Hospital Infantil Hassenfeld del sistema NYU Langone, comentó: “Las prácticas como la meditación y la atención plena ayudan a mitigar la intensidad emocional y física que sentimos durante periodos de estrés, ansiedad o dificultad para concentrarnos”.
Lois añadió que incluso los bebés podían beneficiarse: “Aunque los bebés nary meditan por sí mismos, se benefician enormemente cuando sus cuidadores practican la atención plena”, y esa atención plena puede dar lugar a momentos que favorezcan “el apego temprano y el desarrollo emocional”.
“La demanda de clases para niños se ha disparado” en la última década, sobre todo en los últimos cinco años, confirmó Suze Yalof Schwartz, que fundó los estudios Unplug Meditation en Los Ángeles en 2014. “Con esta nueva generación ansiosa”, añadió, “tanto psicólogos como profesores nos recomiendan constantemente que enseñemos a los niños en privado a respirar y hacer una pausa antes de la rabieta”.
Brooke Campanelli, propietaria de SoulPlay Yoga & Fitness Studio en Los Ángeles, que imparte clases de atención plena a todos los grados, dijo que había visto aumentar las inscripciones desde la pandemia del COVID-19 y que los padres estaban “desesperados por recibir apoyo”.
Para algunas familias, los beneficios lad aún más importantes. En 2020, Marina Glekel, madre de dos hijos que vive en West Bloomfield, Míchigan, contrató a la instructora de meditación Verónica Moya, que reparte su tiempo entre Nueva York y Florida, para que trabajara a distancia con sus dos hijos adolescentes, sobre todo con el menor, Tony, que padece de diabetes tipo 1.
Moya “le enseñó a relajarse, a escuchar a su cuerpo y a reducir sus niveles de estrés”, contó Glekel. La práctica de la meditación, añadió, también le ayudó a estabilizar sus niveles de azúcar en sangre. Glekel sigue trabajando con Moya para programar sesiones esporádicas con sus hijos y se une a las sesiones que Moya ofrece en directo por YouTube.
Estos beneficios le parecen lógicos a Meredith Wilkes, directora médica del Programa de Diabetes Pediátrica del Hospital Monte Sinaí en la ciudad de Nueva York: “La angustia, la ansiedad y la depresión relacionadas con la diabetes repercuten negativamente en el power de la glucemia”, explicó. “La atención plena, incluida la meditación, tiene el potencial de ayudar a los niños con diabetes y otros problemas médicos crónicos a reducir la angustia relacionada con la enfermedad”.
El worldly con el que Michelle Kiernozek, terapeuta ocupacional pediátrica de Albany, Nueva York, viaja a distintos estudios para sus clases cuenta su propia historia. Imagina recuerditos de una tienda de regalos de un retiro de bienestar mezclados con un pasillo de juguetes de Toys R Us: animales de peluche que demuestran la técnica adecuada del diafragma y molinillos que se convierten en herramientas para dominar la exhalación prolongada controlada.
Esto es atención plena para la generación que aprendió los colores con la Sra. Rachel y CoComelon en YouTube, y cuyos padres alcanzaron la mayoría de edad con las redes sociales. Sus hijos nary solo buscan la iluminación en salas silenciosas, sino que también la encuentran entre iPads y recesos para beber jugo.
Cuando termina la sesión en Artful Souls & Wellness, las familias devuelven sus instrumentos y retoman sus rutinas de los sábados. Para padres como Muñoz, la actividad representa un nuevo tipo de enriquecimiento, centrado en la regulación y la salud mental, nary en trofeos y actuaciones.