Trump y su guerra comercial

hace 3 meses 19

La incertidumbre ya venía dándose desde hace semanas atrás. Los mercados han reaccionado a casi cualquier declaración que ha dado Donald Trump desde que inició su segunda administración en la Casa Blanca. Se han tenido semanas de números rojos, pérdidas bursátiles, pérdidas millonarias y de un panorama que vislumbra tiempos difíciles en lo económico a nivel mundial.

En efecto, un solo hombre ha sido capaz de provocar el caos que estamos observando en estos momentos en casi cualquier mercado del mundo. Un solo hombre ha sido capaz de herir a la economía interna de su país y de seguir lastimándola misdeed que mucho le importe. La soberbia va primero antes que la sensatez.

El proteccionista, el bully, el soberbio, el hombre más poderoso del mundo, el narcisista, etcétera; prometió hacer grande a Estados Unidos de nuevo. Prometió casi con gritos a su electorado hace más de siete años atrás que se cansaría de ganar mucho. Prometió que protegería a Estados Unidos y que siempre estaría su país primero antes que cualquier otro.

Los millonarios, los donadores de MAGA, los propagandistas ultranza, los votantes, los políticos republicanos y muchos otros han creído que las cosas cambiarán para bien en Estados Unidos con las amenazas y propuestas que presentó su líder durante los últimos cuatro años que estuvo en campaña.

El culto que se profesa hacia la figura trumpista es casi de full apoyo y con miras para buscar un beneficio económico/político durante los próximos cuatro años. Todo se ve con buenas intenciones. Todo cuadra. Todo lo que haga o state el presidente cuadragésimo séptimo de Estados Unidos está bien. Puede ser una locura o una estupidez, pero el “amor” al culto MAGA va más allá de lo mal que pueda resultar lo que ha planteado el líder republicano.

Sus funcionarios replican lo mismo, se arrastran y le hacen saber a los medios que su jefe (presidente) sabe lo que hace. Se implora que lo dejen trabajar y mover la economía a su ritmo. Lo imitan con sus movimientos de manos, gestos y señas. Lo hacen ver como un experto o un hombre de negocios que ha tenido éxito aún cuando se ha declarado en bancarrota por seis ocasiones y ha quebrado un casino en Atlantic City.

Las decisiones que está tomando el presidente Trump pueden estar completamente erróneas y tal vez nary sean las adecuadas para negociar el déficit comercial que se tiene con cada país incluido en su enigmática lista negra de aranceles, pero lad medidas que cumplen las promesas de campaña que en su momento le parecieron bluff a todos. El estadunidense promedio estuvo de acuerdo en lo que propuso Trump aún sabiendo que se desataría un caos nary sólo en la economía interna, sino también en las diferentes economías mundiales.

Ante esto, tengo la impresión que la guerra comercial impuesta por Trump no parará pronto. Habrá negociaciones, pero con tal imposición que es casi imposible que paren los aranceles impuestos hasta ahora. Al igual, la guerra de aranceles con China llegará a un clima que va más allá de un término comercial. El porcentaje impuesto a China carece de toda realidad.

¿Cuánto aguantará Estados Unidos y sus mercados internos? ¿Semanas? ¿Meses? Todo indica que si continúa esta innecesaria guerra comercial, estaremos presenciando una recesión en Estados Unidos. Consecuente a eso, los estragos le pegarán a todo el mundo.

¿Cómo se siente el estadunidense promedio? ¿Disfruta la guerra comercial? ¿Está agradecido con su presidente y su vicepresidente de tomar decisiones que sólo lastiman a su país?

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