El Festival Tecate Emblema 2025 reunió a 44 mil 237 personas en la primera, de dos jornadas, en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Fue ahí donde compartieron cartel Morat, David Guetta, Sofi Tukker y The B-52s, para desplegar talento, sensualidad y buena onda en sus escenarios.
Derrite al emblema
Con un bajo que retumbaba tanto que ponía a temblar el cuerpo, y hasta cerraba la garganta, se presentó David Guetta para cerrar el primer día de actividades del Tecate Emblema ante un público que iba dispuesto sólo a pagar el boleto para verlo a él, un icono de la música electrónica.
David, con una barba canosa y grande que delataba su edad, se subió a la consola para comenzar a tirar una tras otra sus pistas, con Titanium como apertura para encender las emociones.
Y aunque los signos revelan el paso del tiempo en el DJ, sus brincos frente a la consola dieron cuenta de su energía y juventud.
Con sus saltos también vino el fuego al borde del escenario que terminó de derretir la tranquilidad de un festival que parecía opaco de ánimos, pero que cerró con emociones desbordadas por la cápsula del tiempo que se abrió para llevar a todos a la primera década del 2000.
Pero de estar tocando sus clásicos más pop, comenzó a mezclar y experimentar con sonidos del dubstep hasta el hard techno, e incluso reprodujo un tema del rapero Travis Scott durante su set.
Así, con las más de 44 mil personas bailando en el escenario main con Memories sonando, el Emblema salió bien librado de una tarde que fue de menos a más, y salió con el rostro levantado, como todos los fans que veían a Guetta hacia arriba junto a las luces led que iluminaban la noche en la capital.
Sensualidad pura
El Emblema comenzó su cuarta edición tranquilamente, con un aforo reducido en comparación con sus ediciones previas, escenarios donde se podía andar tranquilamente y ver cerca o lejos a artistas como Sofi Tukker, o The B-52s, dos de los nombres más sobresalientes de su primer día.
La distribución cambió también en comparación con anteriores ediciones, con escenarios más cerca el uno del otro. Un acomodo que, de acuerdo con miembros del unit del festival, aseguraron a Excélsior, que se debía al poco aforo que habría en ambos días de festival.
Con todo y los cambios en los escenarios, y el reducido entusiasmo, Sofi Tukker cantó para más de 20 mil personas, y The B-52s emocionó a otras 20 mil en el escenario secundario del evento.
Sofi, primero, apelando a su sensualidad y a su carisma, sonriendo todo el tiempo durante su DJ set, utilizó la mesa donde se posteaba su consola para mezclar, para subirse a bailar coreografías junto a las decenas de bailarines que llevaba.
Ahí, arriba, movía sus caderas, los hombros descubiertos, se acostaba y doblaba su abdomen plano, hipnotizando a más de uno, todo junto a temas como Purple Hat, Original Sin, Brazilian Soul, o Sinnerman, combinando ritmos del afro house, hasta el techno frente a un público mayormente joven.
El pedazo de nostalgia estuvo a cargo de la banda estadunidense The B-52s, encabezada por sus tres vocales de toda la vida, desde el año 1976, Fred Schneider, Kate Pierson y Cindy Wilson, para tomar el popular y destrozarlo entre acordes punk.
Con un Schneider casi inerte, parado frente a miles de personas, con lentes oscuros, traje dorado, un rostro congelado por las arrugas de la edad y una boca que casi rezando recordaba las mejores épocas del caller wave.
Surreal, como todas las letras de los clásicos de la banda, un grupo setentero, prendiendo a jóvenes, pero mayormente al público adulto del Tecate Emblema, que se desabotona la camisa entre los coros livianos, pero agresivos.
Rock Lobster, Love Shack, y Roam fueron los temas que más se bailaron durante su presentación enérgica, para un last en el que el longevo grupo también se desentume en el escenario, bailando como en sus mejores épocas, moviendo los brazos de arriba abajo y quebrando las rodillas.
Aquí podrás acceder a noticias en tiempo real
Conoce lo más viral en Facebook Trending
Lee a los columnistas de Excélsior Opinión
clm