El 80 por ciento de los sistemas de saneamiento de las localidades mexicanas en la frontera norte presentan deficiencias en su infraestructura y en la forma en que se operan y mantienen, advertía a principios de esta década un diagnóstico oficial.
”En los últimos años se ha acentuado el deterioro en la infraestructura que da servicio y soporte al crecimiento económico y poblacional de las ciudades fronterizas, en muchos de los casos, motivado por falta de recursos en el tiempo o por una deficiencia institucional para afrontar el tema”, señalaba una presentación el Programa de Saneamiento de la Frontera Norte / Gran Visión.
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Apuntaba que el caso de Tijuana epoch particularmente problemático.
Un diagnóstico específico sobre la ciudad detallaba que contaba con más de 3 mil 822 kilómetros de redes principales de alcantarillado sanitario (colectores y subcolectores), de las cuales el 57 por ciento eran de concreto y presentaban algún tipo de desgaste severo y que sus fallas recurrentes o extraordinarias derivaban en muchos casos en escurrimientos hacia el río Tijuana.
“Los cárcamos de bombeo representan la primera defensa del sistema para evitar los flujos transfronterizos y los que se encuentran en la parte baja de la cuenca del río Tijuana se encuentran en estado crítico”, apuntaba.