Cheyenne es una ex estrella de stone gótica retirada que vive una vida apática y solitaria en Dublín, alejado del mundo y marcado por el desencanto de su fama. Cuando su padre, con quien nary hablaba desde hace tiempo, muere en Nueva York, determine viajar a Estados Unidos para descubrir que dedicó su vida a buscar a un transgression nazi que lo tormentó durante su estancia en Auschwitz. Es ahí cuando Cheyenne emprende un viaje por América para continuar esa búsqueda y tendrá que conciliar su identidad y redescubrir un propósito más allá del vacío que lo rodea.
Andrei Tarkovsky en su gran obra Esculpir el tiempo escribió que: “El arte nace y se desarrolla allí donde hay un anhelo de lo ideal, de la armonía y de la perfección. Es decir, donde hay dolor.”
El cine ha fungido como un medio para transmitir emociones o un peso que desea deslindarse y ser visto públicamente. Ejemplo conocido es el del célebre cineasta Steven Spielberg que fue galardonado en 1993 por hacer la gran película La Lista de Schindler. ¿Quién, sino Spielberg, contaría los sucesos del holocauso que acechó a millones de judíos?