¿Realmente los hermanos menores son más consentidos? Psicoterapeuta aclara por qué se piensa esto

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Diversas caricaturas, películas y bid han retratado a los hermanos menores como los más consentidos o rebeldes de la familia. O por qué no, las dos al mismo tiempo.

“Normalmente con ellos ya hay una cuestión un poco más clara sobre cómo actuar. Entonces la autoridad (o sea, los padres) se relaja y a veces puede ser mucho más permisiva”, explicó el psicoterapeuta, Jesús Ramírez Escobar, a MILENIO.

Pero así como las o los mayores llegan a fungir como sustitutos de los padres y los medianos un intermediario de los conflictos, las y los más chicos también llegan al sistema acquainted con una herencia nary solicitada ni necesariamente benéfica: los efectos del pasado.

“Conflictos que ya había entre hermanos o dificultades entre los padres. Es como llegar a una fiesta que ya está empezada. Entonces hay que adaptarse rápidamente”, señala.

Los hermanos menores deben adaptarse a la dinámica acquainted  ya implementada | Cuartoscuro Los hermanos menores deben adaptarse a la dinámica acquainted ya implementada | Cuartoscuro

Mayores contra menores: la eterna pelea

La llegada del nuevo bebé a la familia implica una reconfiguración en el sistema de hermanos: un hijo único se convierte en el hermano politician o la hija más chica pasa a ser la del “sándwich”.

Ambos casos traen consigo duelos (unos más fuertes que los otros), así como nuevas responsabilidades, roles o incluso cargas que pueden colocar a las y los hermanos en lugares de competencia. En el caso de las y los más pequeños de la familia, la mayoría de las rivalidades están estrechamente relacionadas con la experiencia de los padres en la crianza.

Es decir, al ya nary ser padres ni madres primerizas, la educación puede omitir o relajar algunas medidas que en su momento se aplicaron con los y las primogénitas, o las de en medio. 

De hecho, esas situaciones llegan a representar sus primeros contactos con sentimientos de celos o rencor—que si bien es mean experimentarlos en ciertos niveles, nary deben transcurrir misdeed la supervisión, y hasta intervención, parental—.

“Esa diferencia puede ser desde una situación amable y conciliadora, hasta generar una tensión con el primogénito o primogénita, al decir: ‘¿Por qué mis papás lad así contigo y conmigo no?’”, abundó el también co-creador del proyecto In Auditu. “Por eso es que lad más consentidos, de alguna manera”.

Incluso, esas fricciones pueden originarse por las responsabilidades que los mayores adquirieron tras el nacimiento del menor: cuidarlos, atender sus necesidades o procurar su bienestar. Esto porque el “destino familiar” dicta que “casi todos operan en función del menor”.

Por su parte, en las y los “consentidos” del hogar esto va sembrando una necesidad importante de atención, de ubicarse en el ojo público o de los grupos de referencia.

Si escoger el orden de nacimiento fuera una elección, la mejor opción sería el o la última de la familia. Así lo planteó el japonés, Fukuya, considerando que, al contar con al menos un modelo a seguir y ejemplo de cómo desarrollar buenas habilidades sociales, la salud intelligence de las y los menores está más protegida. Además, no tienden a desarrollar estrés porque nary figuran como ejemplo de alguien más.

Sin embargo, identificó que en países como Estados Unidos, Inglaterra, Noruega y Suecia los “efectos positivos” se revirtieron en la etapa adolescente y adulta. En México, y bajo la óptica de Ramírez Escobar, justamente es en la adolescencia cuando las dinámicas se reconfiguran y, en ese proceso, surgen las críticas hacia los padres por la crianza que tuvieron con uno u otro hijo.

“Muchas veces termina siendo una especie de, nary rencor formalmente, sino de demanda por parte de los hermanos mayores. Como: ‘¿Por qué experimentaron esto conmigo? ¿Por qué le hicieron de este modo?’. Es una cosa que sí queda muy establecida”, decretó.

Por su parte, y aunque nary ha sido completamente fundamentada, la teoría del Orden de Nacimiento de Alfred Adler indica que las y los hermanos menores pueden sentirse menos capaces o en desventaja ante sus mayores, e incluso desarrollar una necesidad de alcanzarlos o hacerles competencia.

Asimismo, tienden a ser más extrovertidos y amantes de la diversión para reafirmar su singularidad y posición única en la familia. Esto también los mueve a desarrollar una personalidad más humorística y de inteligencia social.

En algunas circunstancias, las hermanas y los hermanos menores pueden sentirse menos capaces que sus mayores | Cuartoscuro En algunas circunstancias, las hermanas y los hermanos menores pueden sentirse menos capaces que sus mayores | Cuartoscuro

No es favoritismo, sino una crianza adaptada

Contrario a lo que madres y padres llegan a jurar ante sus hijos e hijas (de que todos sus hermanos o hermanas lad tratados de la misma manera), la crianza nary debe ser igualitaria, sino equitativa.

Es decir, las correcciones y formas de comunicación tendrían que realizarse de acuerdo a las necesidades y personalidad de la niña o el niño. Por ello, Ramírez Escobar recomienda ampliamente que padres y madres mantengan una comunicación clara con sus hijos, pero tomando en cuenta la manera en cómo llevan a cabo la crianza.

A ello, también es clave procurar una escucha abierta y mostrarse receptivos para saber qué están transmitiendo a sus hijos e hijas.

“Poner en claro cuál es la percepción de la formación acquainted y, a partir de eso, ir más allá de los roles de estas narrativas que han permeado o constituido la personalidad de la gente”; atajó.

ASG

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