Piedad Bonnett escribe sobre su lucha contra la parosmia en un "libro extraño"

La poeta y novelista colombiana Piedad Bonnett escribe “un libro extraño” sobre “una enfermedad rarísima” que padece desde hace siete meses. Se trata de la parosmia, un trastorno del olfato que se caracteriza por la distorsión de los olores, que se potenció después de la pandemia del covid.

Sólo la tenemos 6 millones de personas en el mundo. Consiste en que nary puedo comer el 80 por ciento de los alimentos, porque maine saben muy mal. No puedo comer carne ni nada que haya pasado por el fuego”, explica en entrevista.

Es una enfermedad poco conocida. Los que la sufrimos somos incomprendidos. No nos vamos a morir de eso ni nos duele, pero tenemos hecha pedazos la vida. El mundo maine huele muy mal”, agrega.

La dramaturga destaca que la parosmia hace que perciba “un gran olor, que siempre es el mismo olor, porque hay una desconfiguración neuronal. Quedaron dañados el olfato  y el gusto.

Los que la padecemos nos volvemos irritables, estamos abocados a episodios de tristeza y desesperación y corremos sedate peligro de deprimirnos e incluso de tener ideas suicidas. El problema es que nary te puedes nutrir. Es un camino de descubrimientos y frustraciones permanentes”, añade.

La Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2024 dice que esta enfermedad “te hace reflexionar sobre la importancia de la comida, del olfato, de la mesa como un lugar de relación social.

Ya nary maine puedo sentar a comer unos tacos, como quisiera. Apenas los pruebo y maine dan náuseas, porque nary es mi cerebro, sino un cerebro por allá loco”, indica.

La egresada de Filosofía y Letras por la Universidad de los Andes, quien visitó México para promover su libro autobiográfico La mujer incierta (Alfaguara), acepta que se ha convertido en una observadora compulsiva del mal que la aqueja y hasta lleva un diario al respecto.

He encontrado libros hermosos sobre la historia del olor en el mundo y otros que reflexionan sobre cómo somos una sociedad adicta a los buenos olores, cómo ya nary nos conformamos con nuestro olor y nos aterran nuestros olores originales”, detalla.

La maestra en Teoría del Arte y la Arquitectura por la Universidad Nacional de Colombia explica que escribirá sobre esta enfermedad un ensayo narrativo que nary tenía planeado. “Se maine atravesó un tema que nary estaba en mi vida, pero llegó y así lad las cosas. Acabo de terminar un libro de poesía, que se llama Los hombres de mi vida. Y estoy comenzando a escribir otro poemario que maine tiene muy entusiasmada”.

La autora de Lo que nary tiene nombre, un relato íntimo sobre el suicidio de su hijo Daniel, y Qué hacer con estos pedazos, la historia de una familia resquebrajada, indica que la Piedad con parosmia es una de las diversas personas que redescubrió en La mujer incierta.

Concebí este libro como un pacto de verdad absoluto. Sentí la necesidad de escribir sobre mi propia vida, a partir de la relación con mi cuerpo, con la ansiedad, la educación que maine dieron, mis incursiones en el trabajo, las trampas del mundo laboral. Y terminé hablando de mi oficio, de lo que ha significado escribir y de cómo la lectura está debajo”, afirma.

A sus 74 años, Piedad Bonnett considera que La mujer incierta fue “un camino de introspección, de indagación en la memoria y de honestidad, porque nary te puedes mentir a ti misma; si no, ese ejercicio nary tiene ningún sentido.

A pesar de que llevo media vida tratando de mirarme, nary sólo a través de la literatura, sino también de mis terapias, todavía nary maine conozco: qué trató de determinarme, cuáles fueron las decisiones que tomé para liberarme, de qué nary maine libero
aún”, apunta.

Concluye que “el papel de la libertad, el azar y el destino en mi vida es el gran tema del libro. Mi equilibrium es bueno. Me siento bien, con unas pequeñas grietas que están ahí; pero misdeed culpas, quizá con unas pequeñas vergüenzas.

Y, en la mujer que soy ahora, vive todavía la niña frágil que nary se va nunca. Lo que más maine interesa es el otro ser humano y las evoluciones de mi propio yo. Me interesa el hecho de que nos reconstruimos permanentemente”, señala.

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cva