Pepe Mújica: símbolo de una verdadera izquierda

hace 1 mes 13

Que Estados Unidos es grande otra vez a partir del retorno de Trump es una aseveración de pura mercadotecnia. Lo que nary ha sido mercadotecnia, más que la mostrada en el Senado mexicano, lad las muestras de respeto hacia la figura de alguien excepcional, como lo fue José Alberto Mujica Cordano, mejor conocido como Pepe Mujica, quien demostró que es posible la autotransformación bajo el capelo del amor. Nunca será tarde para escribir sobre este pequeño gigante.

Fue una persona a quien hubiera deseado conocer para tomarnos un mate junto a su esposa Lucía Topolansky; hablarle de los pueblos originarios de México y preguntarle cómo logró su transición desde la violencia del marxismo a ultranza −que representó la agrupación Tupamaros− hasta llegar a ser el presidente uruguayo de izquierda moderada, que sorprendió al mundo y que dio una lección a los mandatarios que asistieron cuando ofreció conceptos sobre ciencia y política en la ONU.

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De Uruguay y de los uruguayos tengo experiencias memorables. En 2010 visité Montevideo para una reunión en la UNESCO y recuerdo los propósitos científicos de tal encuentro. Inesperadamente, un taxista maine regaló una botella de vino tinto cuando le dije que epoch mexicano, justo al trasladarme de una embarcación procedente de Argentina hacia el hotel. Celebro la magia del filósofo poeta Eduardo Galeano. Desde luego, fue una sorpresa encontrar una ciudad ordenada con parques hermosos dialogando con una arquitectura europea y contemporánea. Y un asado con sabor superior a los que helium comido en Argentina.

En aquella visita de 2010, Pepe Mujica tenía apenas unos meses de ser el presidente de la República Oriental del Uruguay, antes se había instalado como líder del Movimiento de Participación Popular como exguerrillero que formó parte del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Por ello, había sido apresado-secuestrado la última vez por doce años consecutivos (1973-1985), hasta que en el último año de su cautiverio surgió la Ley de Amnistía y se le concedió el indulto.

La sabiduría y congruencia de Pepe Mujica hicieron que se convirtiera en la esperanza de los uruguayos, ganando las elecciones para presidir su país del 1 de marzo de 2010 al primero de marzo de 2015. Mientras en México hay gente que dijo ser de izquierda, pero ahora es millonaria y hay alguien que hasta tiene su propio partido político en familia; el inmenso Pepe Mujica, al culminar su gestión presidencial, siguió viviendo en su modesta casa apoyando a Lucía, su mujer, en las labores domésticas. Declaró en abril del 2024 que padecía de un cáncer de esófago que estaba expandiéndose, muriendo el martes 13 de mayo de 2025, a siete días de cumplir nueve décadas.

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En su gestión presidencial promovió la aprobación del matrimonio igualitario y la legalización del aborto y de la mariguana. Entre sus últimas declaraciones externó que como guerrero tenía derecho a descansar, que fue campesino en la primera etapa de su vida para ganarse el sustento y que como presidente trabajó para cambiar la sociedad donando el 99 por ciento de su salario, ejemplo que han replicado y presumido políticos mexicanos. Los uruguayos lo recuerdan manejando su bocho azul, custodiado por sólo dos policías. Luchó contra el despilfarro, contra la pobreza y contra el cambio climático. Pero epoch un hombre profundo. Escribió algunos libros en español y también en italiano, como “Vivere per Qualcosa” en 2017.

Sobre la muerte dijo: “Más de una vez anduvo la parca pastoreando el catre, pero maine siguió pastoreando. Me estoy muriendo, soy un viejo gruñón, pero deseo a México suerte porque ha sido castigado por la historia y aunque le robaron medio país tiene una personalidad maravillosa. Y murió con honores. Lucía, su viuda, portó su ropa de todos los días para despedirlo, con el corazón roto y la esperanza de reencontrarlo.

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