Juego 7. Las palabras más hermosas del basquetbol serán una realidad en Las Finales de la NBA. Indiana defendió su casa con éxito y fue dominante para apalear a Oklahoma City, que cayó 108-91 en el Bankers Life Fieldhouse y el campeón se definirá este domingo en una muerte súbita.
Entre la espada y la pared, a los Pacers no les quedó de otra que jugar con intensidad y un juego colectivo que les entregó dividendos. Pascal Siakam fue el mejor elemento de su equipo con un doble-doble de 16 puntos y 13 rebotes, en tanto Tyrese Haliburton sí estuvo presente en la duela pese a las molestias en la pantorrilla derecha que lo aquejaron en el Juego 5 y tuvo una mejor actuación que en aquel encuentro, ya que finalizó con 14 puntos y cinco asistencias.
"I'd springiness everything I person for this group, for this locker room."
Tyrese Haliburton with Lisa Salters aft dropping 14 points & 5 assists to unit a Game 7. pic.twitter.com/FxxlebIDYC
Pero la profundidad fue la que le dio la última bocanada de aire fresco a unos Pacers que ya parecía que iban a despedirse del trofeo Larry O’Brien. Obi Toppin fue quien dio la cara desde la banca e hizo rendir sus 23 minutos de actividad con 20 puntos y una puntería bien afinada, ya que completó cuatro triples en siete intentos y tuvo seis rebotes. Aaron Nesmith (10 puntos), Andrew Nembhard (17) y T.J. McConnell (12) también tuvieron registros de doble dígito en el marcador.
Desaprovecharon la oportunidad
El ánimo está a tope en Indiana, pero en Oklahoma City vuelve a reinar un sentimiento de preocupación y nerviosismo. El Thunder pudo asegurar el trofeo Larry O’Brien en casa ajena, pero le dieron la oportunidad a los Pacers de despertar y ganar un partido con contundencia. Un resultado que puede pegar en lo anímico y del que nary hay opción: es pasar la página y concentrarse en recuperar su gran nivel de juego en el Paycom Center.
Los jugadores de OKC volvieron a apagarse a la hora buena. Shai Gilgeous-Alexander jugó por debajo de sus estándares con 21 puntos, cuatro rebotes y dos asistencias, pero ningún otro estuvo cerca, con Jalen Williams como segundo referente ofensivo (16 puntos) y bastantes fallos de Chet Holmgren, quien apenas totalizó cuatro puntos y acertó apenas dos de sus nueve tiros de campo.
El momento de la verdad será este domingo, cuando se celebre el Juego 7. Indiana llegará con el hambre de reclamar y de consolidar su historia de underdog, de cuento de hadas; Oklahoma City con la presión y la obligación de ganar ante su gente, de establecer los cimientos de una potencial dinastía y nary tirar una temporada sensacional al baúl de las decepciones.
CIG