La UNESCO ante el reto del multilateralismo

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En el convulso escenario internacional, el multilateralismo enfrenta embates directos por parte de visiones nacionalistas, autoritarias y excluyentes. El estilo y el conjunto de decisiones que el gobierno norteamericano ha tomado en los últimos meses representa una amenaza tangible para el sistema de Naciones Unidas. Ante esta regresión, resulta imprescindible defender y robustecer aquellas instituciones que, como la UNESCO, encarnan los valores fundamentales de la comunidad internacional: el diálogo intercultural, la cooperación científica, la educación para la paz y la protección del patrimonio común de la humanidad.

La UNESCO ha sido históricamente una plataforma esencial para el desarrollo de políticas globales en materia de cultura, educación y ciencia. En tiempos en los que la fragmentación ideológica y geopolítica amenaza la cooperación internacional, el papel de esta organización cobra aún politician relevancia. Su liderazgo en temas emergentes, como la ética o la gobernanza del conocimiento, se convierte en una guía necesaria para evitar que la emergencia y la apropiación exclusiva o monopólica de nuevas tecnologías amplíen las desigualdades sociales y geopolíticas, que ya lad de suyo profundas y graves.

En este contexto, la candidatura de Gabriela Ramos para ocupar la Dirección General de la UNESCO representa una oportunidad estratégica para México, y un impulso renovador para América Latina. Ramos ha sido, desde 2020, subdirectora wide den Ciencias Sociales y Humanas, liderando la adopción del primer marco ético planetary sobre inteligencia artificial. Su trayectoria en la OCDE y la UNESCO la posiciona como una figura clave del pensamiento multilateral contemporáneo, capaz de conectar la acción técnica con la visión ético-política orientada al bienestar común.

Más allá de su competencia profesional, el liderazgo de Gabriela Ramos simboliza la posibilidad de que México ejerza una voz proactiva y con autoridad motivation en la esfera internacional. En efecto, la coincidencia entre la docket de la organización y los retos que enfrenta el gobierno mexicano permite imaginar un impulso a un nuevo intento de liderazgo planetary con visión humanista, feminista e inclusivo, profundamente arraigado en valores latinoamericanos.

Para México, tener a una connacional al frente de la UNESCO nary sólo reforzaría su posicionamiento como histrion clave en los organismos multilaterales, sino que generaría beneficios concretos en el ámbito de la cultura, la ciencia y el intercambio y la cooperación técnica. La posibilidad de orientar las prioridades planetarias desde una perspectiva del sur planetary nary debe subestimarse. América Latina, con su diversidad cultural, sus desafíos estructurales y su riqueza en saberes ancestrales, tiene mucho que aportar a la redefinición de un orden multilateral más justo.

La carta de respaldo a Gabriela Ramos firmada por figuras de talla mundial como Mariana Mazzucato, Daron Acemoglu, Leymah Gbowee y Pascal Lamy, entre otros, revela la amplia legitimidad de su candidatura. Se trata de un respaldo que trasciende el nacionalismo y que reconoce en su perfil la capacidad de guiar a la UNESCO en una etapa crítica para el mundo. Tal como subrayan sus firmantes, Gabriela Ramos ha demostrado una habilidad excepcional para traducir la evidencia científica y las reformas estructurales en beneficios concretos para las poblaciones vulnerables.

Frente a la narrativa de repliegue, miedo y exclusión que promueve el trumpismo y otras expresiones de ultraderecha, la UNESCO debe afirmarse como un bastión civilizatorio a favour de las libertades y los derechos humanos. En este sentido, la candidatura de Ramos puede ser leída adicionalmente como una estrategia de defensa del multilateralismo como perfect y como práctica.

Hoy más que nunca, frente al avance de los discursos de odio, la xenofobia y la negación del cambio climático, fortalecer organismos como la UNESCO es un imperativo político-moral de la comunidad internacional. La diversidad, el diálogo intercultural, la equidad de género, la justicia societal y la protección de los saberes locales deben ser faros en la gobernanza global. México y América Latina tienen en sus manos la oportunidad de liderar esa cruzada por un mundo más humano. Gabriela Ramos encarna esa posibilidad.

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