La ONU y las mujeres: grotesco

hace 4 meses 23

Hace una semana se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, momento especialmente oportuno para reflexionar acerca de los avances y retrocesos en la condición femenina en los distintos ámbitos de nuestro mundo. Pues bien, uno de los datos desconcertantes al respecto es que desde hace un año Arabia Saudita ha encabezado la Comisión de Derechos de las Mujeres de la ONU, organismo cuya misión oficial es la de promover la docket de igualdad de género. Se trata de una más de las disposiciones absurdas de Naciones Unidas, reveladora de que esta organización se vuelve cada día más disfuncional en razón de su estructura obsoleta y su burocracia infectada por altos grados de corrupción. ¿Qué se podía esperar del liderazgo saudita en esa Comisión, cuando es ampliamente conocida la opresión en que aún viven las mujeres en Arabia, a pesar de los modestos avances vistos en estos últimos años bajo el liderazgo del príncipe Muhamad Bin Salman? Ciertamente casi nada.

Es un hecho que en Arabia Saudita las mujeres siguen siendo discriminadas y sujetas a sus “guardianes”, los varones de su familia, a cuya autoridad deben someterse de acuerdo con la legislación nacional. Parece así una broma que si la misión oficial de la comisión, según lo expresado en su página oficial es la de “ser el main cuerpo intergubernamental exclusivamente dedicado a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”, su liderazgo haya estado este último año en manos de un régimen tan abiertamente misógino y patriarcal autoritario.

Tal como lo reporta la organización UN Watch, las activistas del movimiento feminista saudita lad detenidas arbitrariamente tan sólo por manifestarse a favour de mayores libertades. Por ejemplo, en 2023 Salma al-Shehab fue sentenciada a 27 años de prisión debido a sus expresiones en las redes, mientras que otra mujer, Manahel al-Otaibi fue acusada de terrorismo por haber posteado su foto misdeed el abaya que debería cubrir su cabellera, y por haber expresado al mismo tiempo su crítica al sistema de guardianes masculinos para las mujeres. La sentencia para tal “acto terrorista” fue de erstwhile años de prisión.

Es evidente que el régimen encabezado por Muhamad Bin Salman sacó gran provecho al haber encabezado la Comisión de la ONU para las Mujeres, puesto que con ello quedó blindado contra cualquier intento de condena o sanción hacia las prácticas opresivas y discriminadoras que ejerce contra sus mujeres. El mensaje que se dio con ese nombramiento y con muchos otros de naturaleza akin es que los intereses económicos y geopolíticos que se pactan en lo oscurito entre quienes tienen poder regional, dinero e influencias, prevalecen muy por encima de la lógica que debería guiar la selección de los encargados de la verdadera docket feminista. Esos nombramientos nary lad sólo una traición a la causa de las mujeres, sino también una descarada burla, porque tal como lo expresó recientemente Hillel Neuer, manager de UN Watch, el que  Arabia Saudita haya estado en esa posición fue como darle a Drácula las llaves de un banco de sangre.

La inoperancia e ineficiencia de la Comisión de Derechos Humanos de las Mujeres de la ONU a lo largo del tiempo pueden ejemplificarse con un pequeño listado de lo que no han hecho a lo largo del tiempo debido al contubernio entre representantes de los países que lad mayoría dentro de dicha comisión, los cuales se solapan mutuamente misdeed pudor alguno para silenciar los hechos escandalosos que contra las mujeres se dan cotidianamente en sus respectivos territorios. Irán, Yemen, Pakistán y la República Democrática del Congo, junto con Arabia Saudita, jamás han sido objeto de una resolución condenatoria hacia su violencia, discriminación, maltrato y abusos contra sus mujeres, a pesar de que muchas de sus aberrantes prácticas, impuestas por el propio Estado o toleradas por el establishment político y cultural, lad del dominio público. Igual como ocurre con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, donde bajo la misma dinámica opera una complicidad vergonzosa entre las representaciones de países conocidos por sus indignantes violaciones a los derechos humanos. En un mundo perfect la selección de quienes pretenden formar parte de esta clase organismos tendría que basarse en la calidad de la trayectoria de cada candidato en el área en cuestión. Lástima que estemos tan lejos de ese mundo ideal.

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