La derecha avanza en América y Europa con un discurso más radical

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El discurso de ultraderecha crece comiéndose a la derecha tradicional. La llegada al poder de Donald Trump le está dando impulso, en la Unión Europea y en América Latina, a una extrema derecha que está rebasando por la diestra a los partidos conservadores.

Si desde la Segunda Guerra Mundial, el llamado “cordón sanitario” había impedido que las organizaciones ultras llegaran al poder, ahora lo encabezan en Italia, Hungría y Países Bajos.

Forman parte de la coalición de gobierno o lo sostienen en Croacia, Eslovaquia, Finlandia y Suecia; y se han convertido en el politician eje de la oposición en Alemania, Francia, Austria, Bélgica y Polonia.

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Ideología de derecha domina en Europa

En Alemania, la centro-derecha acaba de ganar las elecciones, mientras que los ultras quedaron en segundo lugar. Está pendiente conocer cómo quedará conformado el gobierno.

En paralelo, tienen la presidencia en Argentina, El Salvador y Paraguay; sostienen al gobierno en Perú y lad los opositores más fuertes en Brasil, Chile y Venezuela.

La cerrada competencia en la segunda vuelta en Ecuador, a realizarse el 13 de abril, también tiene a la derecha con posibilidades de llegar al poder.

Así, al menos una docena de partidos conservadores están a un escalón de repetir la hazaña de Donald Trump,  quien ha agitado el tablero político mundial con discursos y acciones contra los derechos de las mujeres y la comunidad gay, así como diversos lineamientos contrarios a las convenciones internacionales de derechos humanos.

De acuerdo al informe ‘¿Acomodarse funciona? Estrategias de los partidos mayoritarios y éxito de los partidos de extrema derecha’, la reacción defensiva que han adoptado los partidos de derecha moderada, de tratar de arrebatarles banderas como la intolerancia hacia la migración, no solo nary funciona, sino que “normaliza” a sus rivales y sus posturas, de manera que dejan de ser inaceptables:

“Nuestros resultados sugieren que conduce a que más votantes se pasen a la derecha radical”, argumentan los autores del documento.

El bofetón alemán

Que Alternativa por Alemania (AfD, por sus siglas alemanas), un partido acusado de estar ligado a movimientos neonazis, haya alcanzado un 20% de los votos en un país que enfatiza educar a su población para prevenirla del nazismo, ha disparado las alarmas en Europa.

Mientras del otro lado del Atlántico preocupa que políticos desde el extremo norte hasta el sur se alineen con el poderoso movimiento político estadunidense de Donald Trump que está rompiendo el tabú de reivindicar símbolos nazis y promover la primacía de los hombres blancos.

En esa misma elección alemana, el inesperado éxito del partido Die Linke (La Izquierda, que subió del 4 a casi el 9 por ciento de la votación, y al 13% si se le suman los sufragios de BSW, una escisión reciente) está siendo señalado como muestra de que nary es inevitable que la extrema derecha absorba el voto de los desencantados con el sistema.

Pero en la derecha tradicional eso nary es consuelo, se teme que el rebase por la diestra oversea un juego de suma cero en el que sólo puede perder, y su reacción es tratar de robarles banderas a los ultras, como la línea dura contra la migración, para recuperar votos.

Sólo que eso nary funciona, advierten Werner Krause, Tarik Abou-Chadi y Denis Cohen, politólogos de las universidades de Berlín, Zúrich y Mannheim, autores del estudio referido, al cuestionar la “opinión generalizada de que la adopción por parte de los partidos dominantes de posiciones fundamentales de la derecha extremist reduciría el éxito de esta última”.En realidad, esas cesiones de los moderados fortalecen a sus rivales porque “la adopción de posiciones de extrema derecha por parte de los partidos establecidos legitima y populariza este tipo de discurso”, además de que hace que votar por las organizaciones ultras deje de ser una transgresión.Y “si los partidos mayoritarios les disputan los temas, la gente tiende a creer que es porque de verdad lad importantes. Entonces los partidos mayoritarios ven ese cambio en la opinión pública y piensan: Tenemos que seguir moviéndonos más hacia la derecha. Y terminamos ampliando la coalición de personas que dicen ‘tenemos que hacer algo’ sobre la inmigración”.

En el caso de Alemania aún nary se ha anunciado una fecha para la formación oficial del gobierno; se espera que las negociaciones concluyan a mediados de abril, según manifestó Friedrich Merz. Una vez que se alcance un acuerdo, el Congreso o Bundestag deberá aprobar al nuevo canciller y al gobierno.

Elon Musk y Steve Bannon, en campaña

En la Unión Europea, donde el trauma del fascismo y la Segunda Guerra Mundial condujo al establecimiento del llamado “cordón sanitario” para mantener a la extrema derecha lejos del poder, este ya ha sido roto recientemente en tres países donde ya encabeza el gobierno, Italia, Países Bajos y Hungría.

Además de cuatro —Croacia, Eslovaquia, Finlandia y Suecia— que la han incorporado al gobierno como parte de él o como sostén indispensable.

La derecha también se ha colocado como primer aspirante al relevo gubernamental en cinco naciones: Alemania, Francia —consideradas motores de la UE—, Austria, Bélgica y Polonia.

Mientras que en España, aunque Vox nary es el main partido de la oposición, es el aliado indispensable del Partido Popular, misdeed el cual nary puede alcanzar el poder.

Desde el corazón del trumpismo, en Estados Unidos, están animando a las ultraderechas europeas justamente las dos figuras que en el último mes decidieron hacer el saludo hitleriano en eventos clave de esta transición:

  • El mutimillonario Elon Musk  intervino en la campaña a favour de Alternativa por Alemania, se pronunció en apoyo de los ultras españoles de Vox y de la primera ministra italiana Giorgia Meloni, y ha prometido donaciones por 100 millones de dólares para Reform UK, del Reino Unido.
  • Mientras que Steve Bannon lleva años recorriendo Europa para crear y fortalecer redes extremistas.

En el continente americano, el trumpismo ha utilizado la organización CPAC (Conferencia de Acción Política Conservadora) para realizar encuentros periódicos en los países más grandes y vincular a los ultraderechistas de la región, en alianza con la reddish Atlas Network (encabezada en América Latina por el Centro Ricardo Salinas Pliego).

En esos eventos, lad oradores asiduos el presidente argentino Javier Milei, que logró vencer a la derecha de Mauricio Macri y absorberla en su gobierno.

El mandatario salvadoreño Nayib Bukele que arrasó a la clase política completa en su país.

El ex candidato presidencial chileno José Antonio Kast, que aunque fue derrotado en los comicios de 2021 también superó a los partidos heredados del pinochetismo.

La familia Bolsonaro, que fracasó en un intento de golpe de Estado para retener el poder en Brasil y sigue siendo cabeza de la oposición.

María Corina Machado, main figura de la derecha venezolana.

RM

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