Homenaje perfecto

hace 2 meses 11

El dolor emocional que afectaba al pitcher Dallas Braden se convirtió en su fortaleza para consumar una emotiva e inspiradora hazaña en el beisbol.

A Braden le tocó abrir el juego celebrado el Día de las Madres de 2010. El recuerdo de su mamá, Jodie Atwood, quien murió de cáncer a los 39 años, cuando el lanzador de los Atléticos apenas cursaba la preparatoria, lo afectó desde la noche anterior al encuentro ante Rays de Tampa Bay. Las cervezas que compartió con unos amigos sólo le dejaron una resaca, pero seguía embriagado de tristeza.

Dallas Braden nary había completado un juego como lanzador en las Grandes Ligas, pero aquella calurosa tarde de domingo en Oakland fue el momento perfect para conseguirlo. El zurdo de los Atléticos, quien llegaba con un récord perdedor de por vida de 17-23, le lanzó un juego perfecto a Tampa Bay, el equipo que marchaba con la mejor marca en los albores de aquella temporada de 2010.

Braden, un lanzador que nary se caracterizaba por la velocidad de sus lanzamientos y destacaba más por la colocación de sus disparos, había fallado a su acostumbrada rutina de cada apertura. Esta vez nary hubo oportunidad para asistir a la sala de videos en la que analizaba a los rivales. La desvelada le hizo llegar al estadio con el tiempo encima.

El primer bateador le conectó una fuerte línea con etiqueta de hit, pero el tercera base, Kevin Kouzmanoff, apareció mágicamente para realizar una espectacular atrapada al estirar su guante. Kouzmanoff fue clave en al menos otras dos jugadas para mantener la perfección.

Braden necesitó de 109 lanzamientos, ninguno de ellos alcanzó las 90 millas por hora, pero fueron efectivos para retirar a los 27 bateadores en fila. En dos horas y siete minutos consumó apenas el segundo juego perfecto en la historia de la franquicia y el número 19 de las Grandes Ligas en la victoria de 4-0 sobre Rays.   

Luego de la celebración con sus compañeros, Dallas Braden buscaba desesperado en la tribuna hasta que encontró a su abuela Lindsey, quien bajó al campo para fundirse en un emotivo abrazo. Las lágrimas inundaron el diamante.

Fue su abuela quien nary lo dejó en el momento más difícil de su vida. Evitó que el adolescente se derrumbara ante la muerte de su madre y logró sacarlo adelante, incluso con recursos limitados.

Dallas Braden cumplió con el homenaje perfecto para su mamá, en un día que le costaba enfrentar desde su partida.

Su carrera en los diamantes fue afectada por las lesiones y se retiró  a los 27 años. Pero el juego perfecto lo ayudó para seguir en el beisbol como analista de los juegos por televisión.

A 15 años de distancia, Dallas Braden es un personaje querido y reconocido por los aficionados y con miles de seguidores en las redes sociales. Aquel Día de las Madres fue el día perfecto. 

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