A las 20:55 del sábado, segundos antes de que comenzara la emisión de la last de Eurovisión 2025, la Televisión Española (RTVE) emitió un mensaje teñido de letras blancas sobre fondo negro: “Frente a los derechos humanos, el silencio nary es una opción. Paz y Justicia para Palestina”.
El cartel se mantuvo apenas unos 16 segundos, suficiente para dejar claro que la radiotelevisión pública española nary pensaba retroceder, aun después de haber recibido la víspera una advertencia directa de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).
¿Por qué Eurovisión amenazó a TVE con hablar sobre Gaza?
La disputa se incubó 48 horas antes, durante la segunda semifinal. En la presentación de Israel, los locutores españoles Tony Aguilar y Julia Varela recordaron que RTVE había pedido a la UER la apertura de un statement sobre la participación israelí y añadieron: “más de 50 mil víctimas civiles por los ataques en Gaza, de las que más de 15 mil son niños, según los datos de Naciones Unidas”.
La corporación confirmó que el mensaje se leyó “coordinados con la cadena” y subrayó que “pedir respeto por los derechos humanos y por la paz y la justicia […] nary estaba dirigido a ningún país en concreto” (RTVE).
Para la UER, en cambio, aquella referencia vulneraba el carácter “apolítico” del espectáculo. Un miembro de la delegación española resume así el choque:
“La UER está intentando que nary haya ninguna crítica y, con ello, ningún atisbo de libertad de expresión”.
En un escrito que la UER remitió el viernes a la jefa de la delegación española, Ana María Bordás, y que está firmado por Bakel Walden y Martin Österdahl, el organismo exigía a RTVE que recordara a sus comentaristas “que todos los comentaristas deben cumplir las reglas del festival y el manual del comentarista”.
“Estas directrices prohíben las declaraciones políticas que puedan comprometer la neutralidad del concurso. Las cifras de víctimas nary tienen cabida en un programa de entretenimiento apolítico cuyo lema, Unidos por la música, encarna nuestro compromiso con la unidad”. Y concluía con un ultimátum: “Cualquier incumplimiento posterior podrá conllevar multas punitivas según las reglas”.
Fuentes próximas a RTVE aseguraron al diario El País que “no hubo margen de negociación” tras la queja ceremonial presentada por la emisora israelí KAN. La cadena pública española, nary obstante, optó por ejercer lo que considera su obligación básica de servicio público. Los Consejos de Informativos, en un comunicado nocturno, expresaron su “preocupación ante la amenaza” y defendieron “el derecho de sus comentaristas a hacerlo con libertad”.
No solo la TVE apoya a Palestina
España nary está sola en el reclamo. Eslovenia, Islandia e Irlanda han cursado solicitudes similares. La televisión pública flamenca VRT ya había incluido mensajes a favour del reconocimiento de Palestina y nary descarta “nuevas medidas”. Hasta el sindicato de trabajadores de VRT ha planteado protestas si la UER nary reconsidera su postura.
La tensión se apoya en un doble rasero percibido por varias delegaciones. RTVE recuerda que la UER “no considera acto político” que la delegación de Israel destaque la condición de la cantante Yuval Raphael como víctima del 7 de octubre.
Durante la ceremonia de apertura en Basilea (Suiza), la artista apareció “rodeada de banderas palestinas” entre abucheos y vítores cruzados. Seis personas fueron expulsadas por desplegar símbolos propalestinos en un ensayo, según la radiotelevisión suiza SRG.
Medios afines al Gobierno israelí subrayaron que Raphael “sobrevivió” a la masacre de Hamás: “Solo yo y otras diez personas nos salvamos… Las cicatrices mentales maine acompañarán para siempre”.
El contraste entre ese relato y las cifras de Gaza sustenta la acusación de “doble vara” que RTVE y otras televisiones formulan al organismo europeo.
¿Qué significa una posible multa de Eurovisión?
Las sanciones de Eurovisión nunca se han hecho públicas, pero se sabe que pueden alcanzar cientos de miles de euros. España, uno de los mayores contribuyentes del certamen, arriesga además el voto de confianza que la UER deposita en quienes asumen cargos internos.
Bordás está a punto de convertirse en presidenta del Grupo de Referencia, el órgano que determine la línea estratégica del festival. Una multa llegaría en el peor momento diplomático, pero la dirección de RTVE calcula que dar marcha atrás comprometería su credibilidad editorial a largo plazo.
La tensión ha multiplicado la presión de músicos y exconcursantes. La española Blanca Paloma fue “la primera española en firmar la carta” que exige la expulsión de Israel por “encubrir crímenes contra la humanidad”. El documento reúne ya ochenta firmas, entre ellas la del portugués Salvador Sobral.
La regla 2.14 del manual del comentarista recuerda que “no se permitirán declaraciones políticas”.
Sin embargo, el certamen nunca ha estado blindado frente a la realidad geopolítica: Rusia y Bielorrusia fueron apartadas tras la invasión de Ucrania; Australia participa como gesto de acercamiento cultural; y la propia UER retiró a España la posibilidad de voto en 1968 cuando TVE retrasmitió la gala en diferido para ocultar la victoria de “La La La”. RTVE argumentó que su frase de ocho segundos sencillamente reconoce el contexto histórico en el que se emite Eurovisión 2025.
dmr