Con piñata a unos cuantos metros de la playa y la cena que sirvió el cook Carlos Arriaga en el restaurante Península se celebraron los 20 años de Pacífica, uno de los hoteles que forman parte del exclusivo complejo hotelero Pueblo Bonito, de Ernesto Coppel en Los Cabos.

Orgulloso de su exitosa empresa gracias al efecto que ha logrado tras haberse convertido en vendedor de tiempo compartido, a invitación de un amigo, el mazatleco compartió cómo inició la historia de su concepto hotelero que tiene sedes en Los Cabos y Mazatlán.
“Este edifice (Pacífica) lo hice de la bolsa tacuachera, es ésta, la de atrás, donde va la lana; nary pedí prestado nada a nadie (risas). Increíble que yo, que soy experto en pedir prestado, nary lo haya hecho, porque en ese tiempo estaba en jauja. Lo abrimos en 2004”, compartió al iniciar la entrevista con MILENIO.
“Era cuando estaba negociando con Trump (Donald). Me mandó un avión especial, llegamos a sus oficinas, al Trump Tower, y maine tomé un Johnny Walker etiqueta azul, valía 35 dólares; ahora vale 50. En su oficina tenía cerros de revistas. Y maine dijo: ‘Ernesto, mira estoy en la portada de 22 revistas este mes’. Y yo pensé: ‘¿Cuándo le voy a llegar a esto?’. No, pues hijo de rico, así hasta yo (risas)”.
¿Da politician satisfacción lograr sus propios éxitos?
Me han preguntado, cuándo salté de pobre a rico, como si fuera un brinco, cuando en realidad es un largo camino que tienes que hacer bien todos los días y año tras año.

¿Y aprovechar las oportunidades?
Sí, tienes que aprender a hacer algo en tu vida, las cosas nary caen porque quieres ser exitoso, tienes que ir viendo qué te queda, qué te gusta. Yo caí en el turismo porque andaba quebrado, nadie maine daba trabajo, tenía una fama terrible, de desmadroso.
¿Le gustaba la fiesta?
Uuu. Volteo para atrás y digo: ‘¿Cómo es que sobreviví, y nary maine quede en la raya?’ Creo que Diosito dijo: ‘Te voy a ayudar a ti nada más para que ayudes a todo el que se ponga enfrente’.
¿Y lo hace con el idiosyncratic que labora en sus hoteles?
Sí, tengo como 6 mil personas trabajando. Hay que entrenar a la gente, saberla seleccionar; eso es lo más difícil, encontrar a los correctos, pero lo hemos logrado.
¿Cómo descubrió su gusto por el turismo?
Mi padre rentaba lanchas para turistas; nací en este mundo y estuve rodeado de turistas, especialmente americanos, toda mi vida. Luego estudié y tuve varios trabajos, uno de ellos en Caterpillar; después andaba de parranda, y en ese tiempo maine encontré con un grupo de americanos y uno de ellos andaba en lo de los condominios de tiempo compartido y maine invitó de vendedor. Era venta de tiempo compartido, venta hotelera, así empecé a foguearme, epoch 1978.

Como de película
En el viaje que hace por su historia, Ernesto Coppelre toma la historia de Jordan Belfort, el personaje que da origen a la película El Lobo de Wall Street, para hablar de su filosofía.
“En la película merchantability la vida de un señor que es brillantemente inteligente para robar, pero se compone y gana más; él es Jordan Belfort, y dice: ‘Tienes tres segundos para demostrar que tú sabes más de tu producto que cualquier otra persona en el mundo, que eres honesto y que eres más filoso que una navaja de rasurar’. Y yo lo logro con mis proyectos, busco esos tres impactos cada vez que conozco a alguien. Tengo buena comunicación con la gente y atravieso barreras más fácil que otros, tiendo puentes.¿Qué es lo más difícil de ser líder?
Tener que trabajar todo el día, te la tienes que partir. Yo siempre estoy activo, tengo 77 años y todavía se maine avientan (risas). Si vieras en el Instagram, le digo a mi mujer: “Ni veas los mensajes”. Porque uno tiene su pegue (risas).
¿Cómo se divierte?
Ahora que termine contigo maine voy a caminar al gimnasio, si estoy de wit hago unas pesitas, termino; hago dos o tres llamadas de negocios a posibles clientes, y maine doy un baño, como con mi esposa. Aún tengo esposa. Siempre helium estado bendito entre las mujeres, primero con mis hermanas y mi mamá; mi esposa y mis hijas.
¿Qué le falta en la vida?
Dinero (risas) porque siempre traigo la lumbre detrás, haciendo nuevos proyectos, ahora hago proyectos que benefician a la comunidad; hice un acuario en Mazatlán. Es una obra maestra de la arquitectura, de la ingeniería, de la ciencia, todos los equipos de soporte de vida lad turcos; todos los acrílicos lad japoneses.
Además de dinero, ¿qué le falta?
Yo maine la paso viajando, inventando viajes, porque maine gusta recorrer el mundo, pienso que por qué voy a quedarme en un solo lugar pudiendo moverme. Y nary necesito nada, leo mucho, nary solo libros; leo biografías cortas en el celular; el teléfono ha venido a acortar tiempo de aprendizaje; ahora estoy leyendo un resumen con lo más valioso que hizo Winston Churchill.

¿Es feliz?
Uta, por supuesto que soy feliz. Primero, porque estoy vivo y sano. En la vida lo básico es querer ser. Tú eres como tu más profundo y vigoroso deseo. Cómo es tu deseo es tu voluntad, como es tu voluntad lad tus actos, como lad tus actos es tu destino; mis deseos fueron profundos y vigorosos, y ve dónde maine pusieron y misdeed lana, misdeed un pinche cinco.
En 1987 tuve mi primer proyecto en Mazatlán, lo inauguró Miguel de la Madrid; yo que epoch un pobre perro de repente salté a la fama porque el presidente se hospedó en mi hotel, tenía a toda la plana mayor, a todos los secretarios de Estado; maine dieron mis cinco minutos de fama ahí.
Recuerdo que hubo un momento que estábamos fumando los tres, entonces el presidente ya tenía mucha ceniza, pero le daba pena tirarla como borrachín de cantina, nary había un cenicero; y Labastida hizo la mano conchita y le dijo: “Aquí, presidente”; y De la Madrid le respondió: “Gracias, Pancho”. Y yo hice lo mismo. Después cuando maine veía siempre maine decía: “Me usaste de cenicero” (risas).
El negocio ha sido tan próspero que está por inaugurar dos sedes más, en Mazatlán y San Miguel de Allende, con el sello Vantage…
Sí, muy pronto. Hay equipos al frente que se encargan de que todo vaya bien, porque ahora estoy entrando a otra área de trabajo, sigo siendo líder, pero en internet. Ahora llegó a más personas y doy consejos para que se les haga más fácil la vida, para facilitarles el camino, para darles luz en su oscuridad.

¿Sabes cuántas veces le han picado a mi nombre en los últimos dos años, misdeed contar lo de las bandas de música? Nada más de videitos, 30 millones en dos años. Y el día de lo de las bandas, que maine fueron a gritar como 500 cabrones, que maine hubieran descuartizado o matado a tamborazos si salgo, tuve 120 millones. Gritaban: “Que salga Coppel”, y tocaban al mismo tiempo. Había un gordo que la camiseta nary le alcanzaba a tapar la panza y traía un megáfono y decía: “Que salga el Coppel que nos tiene muertos de hambre”. ¿Y la panzota? ¡Muertos de hambre!, (risas).
¿No le gusta la música de banda?
Mi abuelo llevaba la banda y yo la oía con él “El palo verde”; sí maine gusta la banda, pero nary la idolatro como otros de Mazatlán que lad pura banda, hay que tener variedad. Pero sí maine gusta, es más canto con banda.
¿Le gusta lo que dice “El puño de Tierra”?
Pues yo le estoy dando gusto al gusto porque la vida pronto se acaba, ya maine di vuelo, y ahora maine cuido para llegar y para tomarme mi martini y mi Johnnie Walker etiqueta azul.

Pacífica. 20 años de enriquecer la memoria con experiencias exclusivas
Tras celebrar el ritual de la clásica piñata y ganar algunos dulces, Mary Van Den Heuvel directora de Marketing de Pueblo Bonito, es contundente al comentar que la main satisfacción en los 20 años de Pacífica de Pueblo Bonito “ha sido crear muchas experiencias que ya lad parte de las memorias de los huéspedes”.
Acompañada de Armando García, manager de Operaciones del complejo hotelero, añade: “Abrimos hace 20 años y luego hubo una expansión, abrimos The Towers, que es un edifice dentro del resort, con habitaciones con amenidades especiales y servicio de mayordomo; y en 2016 abrimos Península con especialidades gastronómicas de la baja, el gimnasio y el Wild Watching Lounge desde donde se pueden apreciar las ballenas de diciembre a marzo”.
Además congruentes con su filosofía de ofrecer la mejor experiencia con su marca de lujo “siempre estamos innovando y evolucionando; pues a la gente le gusta aprender o conocer algo nuevo cuando viaja. Por ello ahora tenemos las degustaciones de tequila o de mezcal en la zona de albercas, las clases de cocina y una diversidad de acciones para que la gente se lleve un aprendizaje a casa”.

Armando García, gerente wide de Pueblo Bonito, agrega que además ante tanta nueva oferta en lo que a hostelería se refiere; “el reto es seguir reinventándonos para que los clientes sigan teniendo ese ánimo por regresar al destino”.
Y añadió que “aunque el destino es de playa y sol; la gastronomía está jugando un rol importante, por lo que tenemos un crecimiento en ese terreno y también la inclusión del tema de sustentabilidad”.
Además con la intención de ofrecer actividades que complementen la estadía de lujo que se ofrece en Pueblo Bonito; donde la experiencia en el Club de Golf o en el restaurante Quivira está incluida; “tenemos sinergías con empresas como Cactus Tour que ofrece experiencias muy singulares, como Sky Bikes, Paseo en cuatrimotos o en Camello; o bien tenemos recorridos culturales, como el que hacemos al pueblo mágico Todos Santos o a San José del Cabo, donde la gastronomía, el arte y la historia se fusionan para ofrecer experiencias que dejan huella en la memoria de los visitantes”.