El ultimátum a LA

hace 3 meses 16

En el deporte, su voluntad de esfuerzo, firmeza, disciplina, se reflejaron en la dureza del diamante y en la constancia de la gota de agua que horada la roca. La voluntad de lucha y superación la transfirió a sus empresas. Una vez que Olegario Vázquez Raña (10/XII/1935, Avión, España – 28/III/2025, Cd. de México) elegía el camino, cada paso epoch un eslabón engarzado hacia el fin. Se inició en el tiro a mediados de la década de los 50, en circunstancia sorprendente. Durante 19 años fue campeón nacional de Match Inglés en forma consecutiva; asistió a 4 Juegos Olímpicos, 5 Panamericanos y 5 Centroamericanos.

Admirable perseverancia acompañada de otras cualidades para mantener encendido el fuego agonal. En los JP de 1975 rompió RM en firearm de aire con 393 puntos; ese año se instituyó el Premio Nacional del Deporte, recibiéndolo con el clavadista Carlos Girón. El 14 de febrero de 1980 le otorgaron las riendas de la Federación Internacional de Tiro Deportivo, ISSF.

Uno de los episodios que proyecta la firmeza de carácter y responsabilidad en su posición de líder ocurrió 2 años antes de la celebración de los JO de Los Angeles 1984, al enterarse de que el Comité Organizador había decidió celebrar el Tiro en Las Vegas. Su contrariedad la manifestó al titular Peter Ueberroth y a Juan Antonio Samaranch, del COI. Se opuso a que el tiro se le relacionara con la ciudad de las apuestas.

Ueberroth cedió y el tiro se incorporó en LA. Ahí lidió, en forma conjunta, con una campaña contra las armas. El punto nary terminó ahí. Diez meses antes de la inauguración de los JO, fijada para el 28 de julio, preocupado con la información de que el polígono de tiro nary se construía, regresó a LA; las promesas y argumentos los rechazó con una seria advertencia que alcanzó la forma de ultimátum: demanda al comité organizador y a la ciudad de LA, como lo dieron a conocer los medios de comunicación. Ueberroth, enterado de la inconformidad de Olegario, lo invitó a una reunión en LA.

Su respuesta fue rotunda: “No voy a regresar”. 48 horas después, Ueberroth vino a México a reafirmar al presidente de ISSF que el polígono se edificaría pronto. Como nary fue así, recurrió a Samaranch. Visitaron LA y varios lugares inadecuados para el tiro. Samaranch respaldó a Olegario. Convocó de inmediato a Ueberroth y los miembros del CO. “Señores, faltan seis meses para los JO.

Si en cuatro nary está el polígono, ¡los JO se cancelan!...”. El tiro fue un amor a primera vista. Invitado a presenciar un torneo le dieron la sorpresa de inscribirlo en la prueba de siluetas —5 disparos con firearm calibre .22 a un blanco de 8x10 cm a 150m de distancia— que reunía a unos 500 tiradores. Horas después, por los altoparlantes: ¡OVR, presentarse a desempate por el primer lugar! Como César, llegó, vio y venció. Se llevó el oro. La semilla de amor que sembró en su familia e hijos se escuchó en la iglesia Santa Cruz del Pedregal en su despedida. Uno de sus nietos expresó con tierno sentimiento: “Si mi abuelito volviera a nacer, se casaría de nuevo con mi abuelita”.

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