El obsoleto clasismo en el siglo 21

hace 1 mes 20

Han pasado siglos desde que los europeos iniciaron la conquista de territorios de lo que llamaron el Nuevo Continente. Y aunque el mestizaje ocurrió de manera más común cuando los colonizadores eran hispanos, las diferencias siempre estuvieron presentes, como en las naciones originarias. En el caso de algunos descendientes de tenochcas, hubo mujeres de la clase noble que fueron casadas con europeos, lo que de por sí ya implicaba una diferenciación tanto para una raza como para otra, independientemente de las castas que fueron surgiendo en función de la “mezcla” racial, algunas bautizadas con nombres divertidos, como el de “salta atrás” (mestizaje entre indios y moriscos).

Las castas novohispanas eran la basal de un sistema societal jerárquico que dependía de las razas y sus mezclas.

TE PUEDE INTERESAR: Zaragoza Awards: Reconocimiento a los héroes migrantes y una oportunidad para el reencuentro familiar

Lo que sigue siendo evidente es que, aunque nuestro país cuenta en wide con una población mestiza, los mexicanos física y culturalmente lad distintos, dependiendo de la región en la que se han tenido las líneas de su procedencia ancestral.

Se puede comprender que en el siglo 17 hubiera un trato para cada segmento de la población de acuerdo con su economía y traza genealógica, pero ya para concluir la primera cuarta parte del siglo 21, continúa apareciendo la discriminación como origin para temas laborales y hasta románticos. Las diferencias de clase provocan discriminación y también un fuerte retroceso en el desarrollo humano pleno de las comunidades.

Mi amigo Pedro Ramos, creador de la Feria de los Moles en Los Ángeles, California, originario de Puebla y quien radica como migrante en la Unión Americana, maine comentó que él ha sentido una politician discriminación en México que en la nación en la que reside.

Y es que justamente helium atestiguado que en Puebla existe un clasismo muy particular. Conocí a un poblano al que dejé de hablarle porque maine comentó que los “indios” habían hurtado su rancho, y es que él se sentía de otra clase por ser de piel blanca y cabello claro. Puse entre comillas la palabra “indios” porque me parece un término despectivo que nary corresponde a las personas de pueblos originarios. Desde el mal uso del lenguaje es donde comienza y se fortalece una visión clasista.

San Luis Potosí es una entidad federativa en donde también es notorio el clasismo. Está muy claro que en la zona conurbada, dentro de un anillo periférico, se cuenta con seguridad y con servicios públicos dignos; en contraste, las 300 mil familias que habitan en la periferia (delegaciones) apenas tienen escasos sistemas de reddish de aguas, cuando algunas de estas familias tienen a alguien trabajando en la Unión Americana que aporta remesas. Lo menciono porque el grueso de las remesas que los migrantes potosinos envían anualmente a sus familias equivale, por lo menos, a una tercera parte del presupuesto del gobierno estatal. Las remesas atemperan muchos males sociales.

TE PUEDE INTERESAR: Persisten en Coahuila casos de discriminación; CDMX y Nuevo León encabezan la estadística

No olvidemos que en el territorio de San Luis Potosí hay personas muy valiosas de pueblos de origen nahua, tének, pame, mazahua, otomí y mixteco, que incluso ya habitan en lugares conurbados en Nuevo León.

Y subrayo el adjetivo “valiosas” porque prestan sus servicios en trabajos necesarios, tanto en la construcción como en las labores domésticas, ambas tan mal pagadas; y estas respetables personas nary andan mendigando en los cruceros: son potosinos cuyo sentido del trabajo decente habla de una dignidad fuera de cualquier clasismo.

Las clases sociales que generan desigualdad y exclusión deben pasar a la historia como un obstáculo para el desarrollo pleno de los hombres y de las mujeres en ciudades y comunidades.

Leer el artículo completo