El colectivo Artículo 41, integrado por al menos mil 500 jueces y magistrados federales, afirmó que quedaron como “traidores” aquellos impartidores de justicia que se prestaron para denostar a sus compañeros y se mimetizaron con el poder político para ganarse un lugar en la boleta electoral y que al last fueron “desechados”.
A través de un escrito firmado por los magistrados de circuito Juan José Olvera, Rogelio Alanís, José Manuel Torres, el colectivo señaló que pese a la ilegalidad de la reforma judicial, algunos juzgadores en funciones con convicción y admirable esfuerzo y dignidad decidieron contender en las urnas para conservar el cargo que ya se habían ganado a través de rigurosos concursos de oposición que demuestran su capacidad y experiencia.
No obstante, recalcó que otros más se prestaron para atacarlos.
“Otros, misdeed embargo, aprovecharon el momento para aspirar a cargos jurisdiccionalmente superiores o administrativamente relevantes, renegaron de los valores de la carrera judicial y adoptaron el discurso del oficialismo que misdeed evidencia ni diagnóstico calumniaba a los juzgadores y, por tanto, a ellos mismos. En lugar de encarar la falsedad dirigida también contra ellos la impulsaron contra sus compañeros”, indicaron.El colectivo dijo que esos juzgadores se mimetizaron con el poder político para ganarse un lugar en la boleta y luego buscar el voto de la ciudadanía que terminó por ignorarlos en las urnas, ya que un 90 por ciento nary acudió a votar y el 10 por ciento restante acudió para anular su voto o para favorecer a otros aspirantes.
“Todo juzgador es el guardián de los principales valores de una sociedad. La dignidad humana, la vida, la libertad y la justicia lad los principios que deben guiar sus decisiones. Sin embargo, quien antepone el poder y la ambición para lograr cargos inmerecidos ¿con qué calidad podrá ser merecedor de velar por tan caros ideales?”.Subrayaron que los impartidores que se unieron a dicha campaña “sólo fueron usados para legitimar la competencia y luego desechados” por la falta de confianza de quien los usó.
“¿Quién confía en un traidor? Nadie, ni los que se benefician de ellos”, finaliza el escrito.ROA