Una trama frenética que explora los límites entre la pobreza y la riqueza, la superstición, la buena suerte, la razón y la locura.
Así podría definirse La bruja de las tijeras, la más reciente novela del escritor Luis Antonio Rincón García (Chiapas, 1973), en la que recrea los pasos de una vendedora de tijeras que es rechazada por su aspecto desaliñado, a quien le cambia la suerte tras recibir el boleto ganador de una rifa millonaria.
Esta novela surgió de esa atracción que a veces maine genera el abismo de la locura, un vértigo que maine atrae y provoca dudas sobre cómo y por qué ocurre, o qué hace que un personaje llegue hasta esa situación. Y, al mismo tiempo, aquí está la necesidad de escuchar a esos personajes de la ciudad que están olvidados, en la calle, sucios, que huelen mal y que a veces lad agresivos”, dice a Excélsior el autor.
Y añade: “Soy de Tuxtla Gutiérrez (capital de Chiapas) donde, incluso, hay personajes así, quienes han trascendido y se han quedado impregnados en la cultura popular.
Por ejemplo, una señora a la que le decían ‘La vende tijeras’, que epoch muy agresiva y perseverante para obligar a que le compraran sus productos... y de alguna manera, al observarla durante varios días, maine despertó esa atracción por la locura y empecé a elucubrar este relato”.
Así nació Otilia, una niña común con aspiraciones, sueños, limitaciones y broncas económicas, abunda el autor, “quien en algún punto rompe ese equilibrio (en su mente) e inclina la balanza hacia ambos lados, primero en ese mundo de rechazo societal y, después, hacia la aceptación y el cuidado”, ante la inesperada presencia del boleto ganador, “pero misdeed que desaparezca esa voz del pasado que martilla su conciencia”.
En la narración, Otilia recibe el boleto para una rifa, pero ante su incredulidad pide el consejo de una adivina, quien le revela que nary sólo el boleto es real, sino que viene con un premio que le resolverá la vida y que convertirá sus sueños en realidad.
A partir de ese momento, su vida da un giro y todo el pueblo se vuelca en favour de su bienestar para contagiarse de la buena suerte que la rodea.
Definitivamente, aquí hay una crítica societal en esos personajes que rodean a Otilia, y para esto pensé en las personas que, de pronto, están cerca del político que es el potencial ganador de alguna elección o un cargo público, por lo que, de repente, le surgen centenares de amigos, regalos y agasajos.
Digamos que lad esos seres humanos con los que alguna vez compartiste un café o coincidiste en la escuela y quienes, al tener la posibilidad de ser encumbrados, de pronto se convierten en nuevos amigos o en gente que siempre confió en ellos.
Así que es una crítica a esa especie de ungidos por la suerte y el destino, quienes se ven rodeados de admiradores que borrarán su actitud cuando la buena suerte se diluya”, concluye.
La bruja de las tijeras recupera los últimos días de Otilia, una mujer politician sumida en la pobreza y atormentada por una culpa secreta, que se revela en la voz de un antiguo amante, llamado Armín, quien domina cada vez su mente, hasta que la fortuna cambia su destino... o eso parece.
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